viernes, 6 de mayo de 2011

HOMENAJE A LA MADRE CIENTIFICA

"EN HOMENAJE A ROSALIND FRANKLIN,  LA MADRE DE LA GENÉTICA"


Por: Glenys Álvarez

La corta vida de Rosalind Franklin estuvo llena de obstáculos. La primera mujer en fotografiar la molécula del ADN y descubrir la estructura de nuestra composición genética, murió sin ser reconocida por sus logros. En 1962, cuatro años después de su muerte y durante la entrega de los premios Nobel a la medicina, el nombre de Franklin brilló por su ausencia. Curiosamente, su trabajo fue decisivo en el descubrimiento del ADN en 1953.

Pero Rosalind tuvo dificultades para obtener lo que quería desde el principio. A pesar de haber nacido en una familia adinerada de Londres, la científica tuvo que luchar con los problemas de ser mujer a principios del siglo XX. Rosalind nació en 1920, en el seno de una dinastía judía que decían ser orgullosos descendientes del Rey David.

Los parientes de Rosalind acogieron durante el régimen y la ocupación Nazi a muchos judíos refugiados. En una ocasión, la joven compartió su habitación con un jovencito cuyos padres habían sido enviados a campos de concentración.

A los quince años, Franklin decide estudiar ciencias y toma el examen para entrar a la Universidad de Cambridge. Lo pasó con honores. Sin embargo, su padre no aprobaba que las mujeres fueran a la universidad y se negó a pagar sus estudios. Por suerte, una tía lo desafió y decidió encargarse de las
cuentas. Al final, la tía junto a la madre de Rosalind convencen al padre, quien no sólo paga por sus estudios sino que se convierte en el confidente de su hija. Ella le escribiría, en el verano de 1940: "la ciencia y la vida diaria no pueden ni deben ser separadas. La ciencia, para mí, provee una explicación parcial de la vida. Hasta donde puedo observar, está basada en los hechos, la experiencia y el experimento".

Rosalind se graduó en 1941 y enseguida comenzó un doctorado. Su especialidad residía en la química y la física molecular. Antes de cumplir 26 años ya había publicado cinco experimentos sobre la composición molecular del carbón y la mejor forma de usarlo durante la guerra. Los que la conocieron dicen que adoraba los hechos. Era terca, directa, rápida y no vacilaba para tomar una decisión.

Al finalizar la guerra en Europa, Franklin se va a Francia donde permanece tres años hasta que es invitada por la Universidad de King para que continúe con sus trabajos sobre el ADN. La ciencia de la genética estaba por nacer. Sin embargo, la estadía de Rosalind en la universidad británica no comenzó con buen pie.

Un malentendido administrativo originó una antipatía con su compañero de trabajo, Maurice Wilkins. Rosalind pensaba que el proyecto era solo de ella, Maurice sostenía que él estaba a cargo. Ella lo trataba como a un asistente mientras él intentaba tomar las riendas.

Franklin ya había realizado uno de los descubrimientos más importantes del siglo. En febrero de 1953 escribió en sus cuadernos que la estructura del ADN estaba compuesta por dos cadenas. Además, Franklin tomó la primera radiografía de la famosa doble hélice y notó que los grupos de fosfatos iban por fuera y que el ADN existía en dos formas. Rosalind también había medido de manera precisa la unidad celular más pequeña de cristal de ADN.

Pero Franklin no estaba cómoda en King. Se llevaba mal con Wilkins y se sentía aislada por ser judía en una universidad predominantemente católica. Parte de la población en King estaba compuesta por estudiantes seminaristas de la iglesia. Además, sólo ocho mujeres más estudiaban ciencias en todo el lugar, ninguna de ellas era judía. A punto de terminar el proyecto, Rosalind
lo abandonó todo para instalarse en otra universidad.

Pero otros dos químicos, James Watson y Francis Crick, estaban a punto de descubrir lo que Franklin no sólo sabía sino que también había observado. Watson viajó a la Universidad de King en esa semana. Allí, Wilkins le mostró los apuntes de Rosalind y la radiografía del ADN. Watson diría más tarde que al ver aquello, "el corazón comenzó a latirle rápidamente".

Semanas después, Watson, Crick y Wilkins, publicaban los estudios que le ganarían el premio Nobel en Medicina. Mientras, Rosalind se instalaba en la Universidad en Birckbeck, donde pasaría felices momentos estudiando virus.

Hasta el momento, no existe evidencia alguna de que Rosalind se enterara posteriormente que Watson y Crick habían visto su trabajo a través de Wilkins y Max Perutz del Laboratorio Cavendish, antes de publicar sus experimentos.

Curiosamente, Franklin, Watson y Crick se hicieron buenos amigos. Los tres científicos comenzaron a colaborar luego de que se publicaran los estudios sobre el ADN en la revista científica Nature. Más tarde viajarían juntos por Europa y Rosalind se refugiaría en la casa de Crick en los peores momentos de su enfermedad. Pero ellos nunca le agradecieron directamente por su trabajo ni mencionaron haberlo visto antes de publicar los suyos.

Irónicamente, la Universidad de King, el lugar donde Rosalind pasó sus peores momentos, le ha dedicado un edificio a la científica. El plantel se llama Franklin-Wilkins, en honor a la "pareja-dispareja".

Pero los homenajes al trabajo de Franklin llegaron muy tarde. La madre de la genética murió en 1958 de cáncer en el ovario. Tenía 37 años.

Cuatro años más tarde, tres hombres disfrutarían del premio más alto a la labor científica gracias a ella. Pero nadie mencionó entonces su nombre. Las leyes del premio tampoco permitían que lo recibieran científicos después de morir. Sólo años después de la muerte de la mujer, Watson y Crick
confesarían, durante entrevistas y biografías, que sin el trabajo de Rosalind Franklin les hubiese sido imposible publicar sus experimentos tan rápidamente.

No obstante, para Rosalind el estudio de la estructura del ADN nunca se trató de una carrera. No sabía que otros luchaban por llegar primero a una meta que ella había decidido guardar en una maleta y posponer su búsqueda hasta conseguir sentirse más cómoda con su vida.


Fotografía 51

Como todos ya sabéis, James Watson y Francis Crick transformaron la biología con su descubrimiento del ADN en 1953, y dieron el primer paso para lo que serían después los avances del genoma humano y la clonación de organismos. Pero la historia de la doble hélice esconde mucho más que el trabajo arduo de estos dos científicos. Ninguno de los dos científicos era bioquímico. Watson, era un zoólogo estadounidense, mientras Crick era un físico inglés. Para 1951, ambos impetuosos, arrogantes y altamente competitivos, decidieron trabajar juntos en el Cavendish Laboratory (Cambridge, Inglaterra), para resolver uno de los problemas clave en la biología de aquella época: el ADN y su capacidad para codificar la información.
Watson y Crick hicieron su mejor esfuerzo para no dejarse ganar la carrera por el famoso químico estadounidense Linus Pauling. Éste estaba a punto de subir a un avión con destino a Inglaterra en mayo del 52 para lograr acceso a rayos X detallados del ADN, cuando el gobierno de Estados Unidos le retuvo el pasaporte argumentando sus actividades antiamericanas. Las imágenes de rayos X habían sido creadas por Maurice Wilkins y Rosalind Franklin. Estos científicos ayudaron a descifrar el código, pero la competencia mutua bloqueó la colaboración.


ROSALIND FRANKLIN MADRE DE LA GENETICA
ECOLOGIA Y MATERNIDAD :
http://www.istas.ccoo.es/descargas/M%C2%AA%20Jes%C3%BAs%20Bl%C3%A1zquez%20ECOLOG%C3%8DA%20Y%20MATERNIDAD.pdf
MATERNIDAD VRS SEXUALIDAD :
http://www.uaq.mx/psicologia/lamision/p_sociales5.html

1 comentario:

  1. Importante comentario de Mercè Piqueras el 10 agosto 2008 @ 18:18
    Sobre Rosalind Franklin se ha escrito mucho y me parece que a veces se ha exagerado. Watson, en su libro "La doble hélice" la deja muy mal parada y da muestras de machismo. Pero tampoco dejó muy bien parado a Crick, que no sé cómo siguió dirigiéndole la palabra después de lo que Watson escribió de él. Tampoco es de extrañar que Harvard University Press se negase a publicar el libro de Watson a pesar de las correcciones que se hicieron. En la biografía de R. Franklin de Brenda Maddox que mencionas, la autora reproduce el comentario de Wilkins: "Watson’s book was ‘unfair’ to me, to Dr. Crick and to almost everyone mentioned except Professor Watson himself."

    Para contrarrestar la imagen que Watson dio de R. Franklin, Ann Sayr, que era amiga suya, escribió una biografía que en realidad es una hagiografía y tampoc parece retratar la Rosalind Franklin real. El libro de Maddox me pareció mucho más objetivo. Tuve la oportunidada de hablar con la autora y me contó que estuvo cuatro años reuniendo información para escribirlo: consultando archivos, entrevistando a personas que trataron a R. Franklin e incluso tuvo acceso a toda la correspondencia familar, las numerosas y detalladas cartas que fue enviando a su familia a lo largo de su carrera profesional.

    La relación entre Franklin y Wilkins nunca fue cordial, pero –según los testimonios recogidos por Maddox– fue ella quien puso desde el principio una barrera entre ambos. Si se sintió amargada los dos años que estuvo en Kings College, ella fue en parte responsable de ello. Tenía un carácter muy particular y –siempre según Maddox– había personas que guardaban de ella un excelene recuerdo, mientras que otras decían que parecía siempre amargada o triste y malhumorada.

    Y si es cierto que la famosa foto 51 fue fundamental para descubrir que la molécula de DNA era una doble hélice, también lo es que Franklin no supo interpretarla. Es más, era contraria a la idea de una molécula helicoidal.

    En cuanto al premio Nobel, no tiene mucho sentido hacer conjeturas sobre lo que habría ocurrido si ella hubiese estado viva. Pero puestos a imaginar, yo soy más optimista y me imagino un doble premio: el de fisiología o medicina para Watson y Crick y el de fisica para Wilkins y Franklin. Además, Franklin podría haberlo recibido también por su excelente trabajo sobre el virus del mosaico del tabaco.

    Comentario by César Sánchez el 12 agosto 2008 @ 9:51

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